5 errores más comunes al cepillarte los dientes

El cepillado de dientes, además de realizarse tres veces al día como a todos nos inculcaron desde niños, debe reunir una serie de características para cumplir realmente su función. Por eso, no es una rutina o hábito más.

En Clínica Dental Fray Luis de León sabemos que, a menudo, se cometen algunos errores, generalmente por desconocimiento o ‘pereza’. ¡Vamos a recordarlos!

1. ¿En qué sentido mueves el cepillo?

Quizás uno de los más comunes es cepillarnos a través de movimientos horizontales cuando, así, lo único que logramos es arrastrar los restos de comida y bacterias, además de retraer la encía. Recuerda que lo correcto es realizar movimientos verticales (de arriba abajo) o, en cualquier caso, ‘barrer’ la dentadura de un lado a otro dibujando pequeños semicírculos.

2. ¡El cepillado no tiene reemplazo!

Ni los colutorios ni los chicles sin azúcar sustituyen al cepillado, sólo son complementos de este que, efectivamente, ayudan. También es muy recomendable usar hilo dental después de lavar tus dientes.

3.    ¡No corras!

¿Cuánto tiempo debe durar el cepillado? Efectivamente, alrededor de dos minutos. Sin embargo, a menudo dejamos esta tarea pendiente para el final, justo antes de salir de casa apresurados. Intenta que no sea así y concede a la rutina de higiene bucal el tiempo que realmente necesita. ¡Tenemos 32 dientes! ¿Crees que podemos dejarlos impolutos en apenas unos segundos?

4.    Yo siempre me cepillo en cuanto desayuno/almuerzo/ceno…

¡Error! Si puedes, es mejor dejar pasar unos minutos (se recomiendan unos 30 minutos) antes de realizar el cepillado después de cada comida. ¿El motivo? Que de forma natural la saliva realice una primera limpieza y elimine, por sí sola, parte de los restos.

5.    La importancia del cepillo

Hay que escoger bien el tipo de cepillo que mejor responda a las características de nuestra boca. Aunque el odontólogo sabrá recomendarte mejor cuál es el apropiado para ti, por norma general se desaconsejan los cepillos con cerdas de dureza alta y media (porque erosionan los dientes y dañan las encías) y los de cabezal demasiado grande (porque esto impide limpiar toda la cavidad bucal).

Todavía hay más creencias falsas como que nos cepillamos para eliminar los restos de comida (cuando lo que realmente produce las enfermedades es la placa bacteriana) o pensar que, cuanto más fuerte ‘frotamos’, mejor nos estamos lavando. En realidad, excedernos en la presión es contraproducente por el mismo motivo por el que necesitamos utilizar cepillos de cerdas suaves y flexibles: podemos dañar el esmalte dental.

¿Más dudas? En Clínica Dental Fray Luis de León estamos aquí, listos para atenderte.

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